Desde 2009, María Teresa Latorre es la presidente de Voluntariado del programa Amigos del Centro de Cáncer de la FOSCAL. Pero en 2011, fue ella quien recibió, en examen de mamografía, un diagnóstico de cáncer de mama.

Con valentía y optimismo inició el tratamiento por nueve meses, y durante este tiempo continuó trabajando. “Yo nunca me entregué a la enfermedad, sino que traté de continuar mi vida normal”; por supuesto, cumpliendo juiciosamente con el tratamiento y las recomendaciones de los médicos.

Para María Teresa, esta experiencia fue una tarea enviada por Dios, para que ahora ella pueda ser testimonio para muchas personas, incluyendo sus amigas, quienes también se han enfrentado con el cáncer.

Entre los principales consejos para superar la enfermedad, María Teresa resalta el positivismo y mantenerse productivo en alguna actividad que le guste; contar con una fuerte y constante red de apoyo (familiar, profesional -equipo médico Centro de Cáncer FOSCAL-, social, laboral).

“Estos son aprendizajes de crecimiento personal y espiritual. Son un llamado a estar atento, a llevar una vida más sana o más consciente y a disfrutarse el día, el minuto, lo que va llegando”.

Otra buena lección

“Me detectaron el cáncer de mama hace 2 años. Lógicamente es una noticia impactante, que lo deja a uno sin piso. Me llevó varias horas reaccionar, pero luego sentía en mi interior: Hay que actuar rápido”. Así recuerda <b>Luz Amparo Hernández</b> los inicios de esta experiencia que transformaría su vida.