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Cirugía Implante de Prótesis de Pene Inflable para Disfunción Eréctil

Cirugía Implante de Prótesis de Pene Inflable para Disfunción Eréctil


En muchas ocasiones, la disfunción eréctil es sinónimo de morbo, chistes flojos y burla; sin embargo, detrás de eso hay pacientes que han vencido el cáncer de próstata o padecen diabetes. Una prótesis de pene promete ser la solución, cuando el resto de alternativas no son suficientes.

En una de las salas de cirugía de la Clínica Foscal Internacional un paciente de 71 años está a punto de someterse a una cirugía de Implante de Prótesis de Pene Inflable para Disfunción Eréctil.

Son casi las ocho de la mañana y el doctor David Sussman, urólogo norteamericano con más de treinta años de experiencia en enfermedades del tracto urinario masculino, está listo para iniciar la primera de las dos cirugías que hará este día.

El paciente, completamente anestesiado, será parte de una clase en vivo para los médicos residentes de la especialización en Urología de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Arriba, casi llegando al techo, hay una cámara que transmitirá todo el procedimiento a los alumnos ubicados en un salón a pocos metros.

Después de desinfectar la zona pélvica y parte del estómago, lo cubren completamente con tela quirúrgica impermeable color azul. Al descubierto solo quedan los genitales, los cuales por medio de sondas son debidamente lavados y preparados. La cirugía empieza y con ella, la posibilidad de que el paciente vuelva a tener una vida normal, pues detrás del morbo y la burla que suele despertar la disfunción eréctil en los hombres, hay historias como la de los dos pacientes de ese día, quienes después de padecer cáncer de próstata han intentado por años recuperar su vida sexual.

 
 

Después del cáncer

Hace siete años, a Luis* le detectaron cáncer de próstata. A sus 64 años, una vitalidad de 20 años menos y la fortuna de contar con una jubilación que le costó muchos años de arduo trabajo, la noticia fue más que preocupante.

De acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección Social, en Colombia el cáncer de próstata es la segunda causa de mortalidad por cáncer en la población masculina, sobre todo cuando la detección no es temprana.

En el caso de Luis, gracias a chequeos constantes, la enfermedad fue atacada a tiempo y después de dos años de medicamentos y una cirugía de extirpación de próstata, el cáncer quedó atrás. Sin embargo, con el tiempo empezó a notar una de las consecuencias que, según la Sociedad Colombiana de Urología, es la más frecuente después de la realización de una prostatectomía radical (extracción de próstata, cápsula y vesículas seminales): disfunción eréctil.

“No se trata solo de que no se le pare, como dice la gente en tono de burla, va mucho más allá. Eso no solo afecta la vida sexual de un hombre, sino su vida emocional, afectiva, su autoestima y su bienestar. Es algo que va más allá del acto sexual y de la eyaculación”, explica Luis.

Lo mismo piensa Juan*, el segundo paciente que pasará este día por las manos del doctor David. Fue diagnosticado con cáncer de próstata en 2012. En esa época tenía 48 años y tras enterarse de la enfermedad, que en Colombia afecta en su mayoría a hombres mayores de 70 años, se sometió a todos los tratamientos y a la cirugía. Una vez curado, apareció la disfunción y entonces empezó otra lucha. Tras intentar sin éxito con pastillas, inyecciones y todo lo que el mercado ofreciera, llegó a sufrir cuadros de depresión y desequilibrios emocionales que lo afectaban no solo a él sino a su familia.“Es que tú no eres solo. Yo tengo una esposa y entonces el problema no es solo algo personal. En esa situación tú pones a prueba no solo tu fuerza emocional sino espiritual. Te das cuenta si lo que existe es amor u otra cosa. y entiendes que las relaciones sexuales son más que solo penetración. Además aprendes a dejar a un lado el ego y te das cuenta que siempre piensas en ti mismo y en tu satisfacción. Esa condición te enseña a pensar más en tu pareja”, dice Juan y agrega que lo más difícil es lo mucho que afecta los demás ámbitos de la vida, pues “te hace sentir inferior, incapaz”.

Tanto Luis como Juan lo intentaron todo y nada funcionó. Antes de ser operados de la próstata sabían que había una alta probabilidad de que sufrieran de disfunción eréctil luego de la cirugía; sin embargo, en su caso no podían elegir. Curarse del cáncer era lo primero. Ahora, a través de esta técnica quirúrgica, que lleva 40 años de evolución a nivel mundial, pero que en la ciudad se empezó a realizar a partir de 2016, ellos tienen una oportunidad.

La solución

Tras más o menos una hora en el quirófano, el doctor Sussman termina de coser la única y pequeña incisión que hizo justo en la parte inferior del pene para introducir la prótesis. Después de realizar la última puntada, limpia el área de la operación y revisa muy detenidamente que todo haya quedado perfecto. Respira y dice: “It´s ok. Thanks you all” (está bien, gracias a todos) y se retira a prepararse para la próxima cirugía.

La prótesis que acaba de ponerle a Luis, y que más tarde le pondrá a Juan, se trata de un dispositivo mecánico compuesto por dos cilindros biológicamente compatibles con el cuerpo, que reemplazan los cuerpos cavernosos del pene; un reservorio de fluido que queda ubicado cerca a la vejiga y una bomba en la parte escrotal que es la que se tiene que activar para que el líquido del reservorio llegue hasta los cilindros ubicados en el pene y produzca la erección.

“Todo el proceso se hace de forma manual. Es el paciente el que debe hacer funcionar la prótesis oprimiendo la bomba para que el líquido guardado en el reservorio llegue a los cilindros. Asimismo cuando ya no desee la erección, para que el líquido vuelva a su lugar”, explica Guillermo Sarmiento, urólogo de la Foscal y quien realiza este tipo de procedimiento en la clínica.

El médico menciona que la cirugía es muy exitosa y funciona bien en el 95% de los casos. Además, que el procedimiento solo soluciona el tema de la erección, pero no aumenta el deseo sexual ni permite volver a tener sensibilidad o eyaculación cuando esta también se ha perdido durante el tratamiento del cáncer. Según el especialista, la disfunción eréctil es frecuente en hombres que padecen diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer de próstata y en esos casos, si las demás alternativas no funcionan, la prótesis es una de las mejores opciones.

Tanto Luis como Juan están convencidos de que acudir a esta intervención médica es la solución a sus problemas, que después de varios años pasaron a ser no solo sexuales sino emocionales. Los dos tienen que esperar seis semanas para poner a funcionar el dispositivo y recuperar la vida que tenían junto a sus esposas y su familia.

Tenemos que aprender a dejar de ver las cosas siempre con la burla y el morbo, porque detrás de cada situación pueden haber otras mucho más difíciles, como el cáncer, por ejemplo.

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